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Marita Así Lo Ve                     FIN Si todo fuese como un cuento de hadas, pues, me resultaría aburrido.  No hubo un Felices para Siempre; sin embargo, hubo aprendizaje en este proceso. Una de esos aprendizaje fue darme cuenta lo efectivo que son las matemáticas para temas del corazón, más allá de un sentimiento, está la complejidad de tomar decisiones que pueden cambiar el rumbo que anticipadamente estaba planeado. No siempre se logra los objetivos, tal como lo deseamos.  Felipe me demostró que luchar por lo que se considera correcto y en beneficio de la colectividad no debe estar sujeto a estrategias vagas, ni aislarse de la realidad. Cuando ofreces un cambio a esas miles de personas que te prestan su atención y te apoyan, es porque previamente haz estudiado las mil y una posibilidades para solucionar la situación que aqueja. Estás comprometido (a) sí o si, hasta el final. Cuando Felipe tomó la decisión de irse del país, lloró. Se sintió derrotado, sin deseos de volver para no v
Marita Así Lo Ve Parte VII De regreso a casa, pensé en todo lo que iba a hacer para ver a Felipe pronto.  Estaba fantasiosa, sumergida en una burbuja placentera, envolvente y desafiante. No era momento para entristecerme, al contrario, me sentía fuerte y decidida para tomar el siguiente paso.  Felipe y yo, mantuvimos la comunicación a través de correspondencias; a veces pasaba un mes sin saber de él y mi ansiedad afloraba, situación que paso a paso fui trabajando en mi, recordándome que somos almas libres que se encontraron y divinamente han conectado para un fin, pero que muy bien, podemos estar el uno sin el otro, sintiéndonos conectados. Las matemáticas también contribuyeron a que tomara control de mis pensamientos, hubo tanto que estudiar, comprender y concluir en ese tiempo que Felipe estuvo ausente.  Felipe estaba residenciado en Valencia-España, culminó su pregrado y continúo con sus estudios, lo mismo he hecho yo. La distancia no fue impedimento para estar de alguna manera, com
Marita Así Lo Ve Parte VI Felipe me besó y abrazó con tanta ternura, que mis brazos estaban en su espalda con la intención de no soltarlo. Este beso que nos dimos ha sido tan maravilloso, que supera la emoción que sentí cuando diseñé mi propio " Number Place" luego de leer la Teoría de Leonard Euler . Aunque duró  poco  tiempo este momento con Felipe,  quedó en mi mente para toda la vida. Felipe tomó mis manos y me miró a los ojos, y no precisamente para declararse, si no para comunicarme que se iba del país. Sentí una serie de estímulos estomacales que deseé salir corriendo de ese lugar, pero me contuve.  Aunque, comprendía sus razones para irse del país, no dejaba de dolerme su partida. Su decisión, en poco tiempo, generó especulaciones de todo tipo en la universidad; sus más allegados, quienes lo acompañaron en su lucha, han sido sus peores críticos. Felipe no quería irse; no de esta manera. Tomó la decisión para proteger a su familia y a mí. Cuando lo escuché decir esto
Parte V   Son las 04:00 a.m, y Felipe se ha despertado. El teléfono de su cuarto no ha dejado de sonar. Felipe atiende la llamada. Su amigo Esteban Lozada le comunica la situación, que minutos antes, se suscitó en la universidad, aunado a ello, le recomienda mantenerse a salvo porque lo más probable es que fuese acusado por actos vandálicos. Después de colgar, Felipe tomó una mochila, y en ella guardó ropa, lápiz, libreta, grabador y un libro que atesora desde la partida de su abuelo Feliberto. Tomó su mochila, salió de la casa y encendió su moto.  Sin rumbo, recorrió oscuros callejones hasta adentrarse en las profundidades de un cerro cercano. Felipe  experimentó ansiedad por la situación. En ningún momento quiso que sus amigos y familiares sufrieran las consecuencias por algo que él no hizo. Estuvo varios días en el cerro sin saber qué acontecía. El no saber, lo atormentaba y tomó la decisión de enfrentar la situación. Se dijo a si mismo, que su gente no merecía pasar por este mal mo
Parte IV      Estoy frente a una máquina de escribir marca Olivetti, transcribiendo el último párrafo de la carta (petición de Felipe). A las 02:15 p.m tendré la clase de Estadística II. Son las 12:07 p.m, el timbre de la casa suena. Felipe se asoma a la ventana para ver de quién se trataba ¡Qué nervios estar así! Una chica con anteojos, vestido floreado y unos libros en mano se encontraba frente a su puerta. Era mi amiga Manuela, a quien la preocupación le ganó y fue a buscarme, de paso, con libros en manos para la clase.  Terminé la carta, y en voz alta la leí para Manuela y Felipe. Al parecer, ha sido del agrado de ambos, culminando de esta forma mi aporte a la causa por este día. Con el apuro de llegar a tiempo a clases, dejé mis lápices de colores cerca de la máquina de escribir, acto que lamenté porque son mis favoritos. Finalizada la clases de Estadística II, Manuela me llamó a parte para decirme algo: "¡estás loca! ¿qué te pasa?, parece que Felipe te ha lavado el cerebro.
Parte III   Caminaba en dirección a una calle que nunca había transitado. Me preguntaba el porqué Felipe querría verme, si a penas me conoce. Frente a mi, la casa 17, toqué la puerta dos veces, recuerdo que en ese momento los nervios se apoderaban de mi. Felipe abrió la puerta y me sonrió, me hizo pasar y recorrer un pasillo, encontrándose al final de éste una habitación. Al entrar,  nos sentamos en un sofá y me contó todo lo que vivió en estos días de ausencia, quise decirle que temí por su vida pero no era el momento, sin embargo; no dudé en preguntarle sus razones para citarme siendo yo, una extraña.   Felipe rió y me miró a los ojos, luego me dijo: -para empezar no eres una extraña, y te cité a mi refugio como suelo considerarlo porque deseaba verte. No me mal interpretes por citarte en este lugar, mi habitación. Hubiese sido idóneo vernos en un lugar público pero las condiciones actuales no me permiten exponerme.    Escucharlo decir que deseaba verme me sonrojó, mis manos estaban
Parte II    14: 57 p.m, día viernes 24 de abril,  no he sabido nada de Felipe desde su liberación un lunes 15 de abril. Recorro los pasillos de la universidad y los lugares donde solía verlo cuando protestaba. No se escuchan rumores sobre él, me parece tan raro que en tan poquito tiempo su lucha y su nombre se hayan desvanecido con las circunstancias.     Temo por su integridad física, ¿dónde estará?, ¿qué habrá sido de él cuando fue liberado? Son tantas preguntas que se formulan en mi cabeza que me siento inquieta al no tener respuestas. Me parece que Felipe está pagando un alto precio por defender una causa en la que puede perder mucho y ganar tan poco; a penas fue encarcelado y nadie salio en su defensa.  Su valentía es admirable y las razones de su lucha tan válidas como válidas son las ideas que defiendo yo, como por ejemplo, la razón no puede dejarse aún lado y permitir que los impulsos tomen el control, menos, permitirse escuchar solo las ideas u opiniones que conjuguen con idea