El resplandor de la luna sorprende su rostro al descubierto, busca señales que le indiquen donde está. Una casa con poca iluminación, unas paredes llenas de polvo y en ellas, unos cuadros de personas que no conoce, es lo que observa mientras recorre el lugar. Repentinamente, un hombre de tes blanca con vestimenta de los años 20 se acerca a una escalera, mientras lo ve detenidamente, el hombre avanza hasta el último escalón; al concluir la subida, aquel extraño se gira para verle, pero... no ve nada a su alrededor. No sabe por qué está en ese lugar . Continúa el recorrido por el interior de la casa, sintiendo la compañía de seres étereos que le susurran sin poder entender lo que dicen; un ruído estruendoso rompe la comunicación. La alarma de su móvil se ha activado a las 6:00 a.m, Eligia, entre dormida y despierta, tantea con sus manos los extremos de su cama en búsqueda de aquel tormentoso ruido para silenciarlo. Otra noche con sueños extraños, que no le ge