Ir al contenido principal






PARTE IV

Martirio llegó a su casa exhausta, miró su teléfono y notó 3 mensajes en su contestadora. Se trataba de su hija Alejandra, quien le comunicaba lo siguiente:

-¡Hola mami!. ¿Cómo están papá y tú?. Los extraño muchísimo, necesito de sus atenciones. 

-¿Dónde estás mamá?, te he repicado a tu celular y nada.

-Mamá dame señales de humo, por favor. 

Martirio rió como nunca. Era costumbre que Alejandra perdiese la calma cuando su mamá demoraba en contestarle. 

Martirio estaba agotada, no era para menos. Anotó muchas técnicas que debía aprender de memoria para trabajar en la cocina, estaba claro, que no podía estar con su libreta encima, a menos, que fuese una receta. Revisó su dispensa, halló unos vegetales que deseaba saltear con una salsa agridulce. Buscó todos los ingredientes y se puso manos a la obra. Una de sus empleadas miró detenidamente lo que hacia. Esta vez no quiso decirle nada y buscó la forma de no ser vista. El olor era tan agradable que la chica no pudo mantenerse en silencio. Martirio sintió su presencia, buscó una cucharilla y tomó un poco de su preparación, y con pocos pasos llegó hasta el sitio donde se hallaba la joven:

- ¡Ajá!, jajajaja. Pensaste que no me dí cuenta. Anda, prueba lo que he preparado.

La joven probó y pidió un poco más. Le supo muy bien. A pocos minutos se escuchó el tintineo de unas llaves, era Manuel. Abrazó a su esposa y luego la soltó para ir directo a la cocina. Preguntó enseguida por el responsable de aquélla cocción. La empleada señaló a su señora y Manuel la miró con asombros para expresarle con euforia:

-¡Mi amor, mi vida, mi cielo, cocinas divino!. A partir de hoy, me cocinas tú. 

Martirio recibió muy sonriente los comentarios de su esposo. Al día siguiente, la esperaba un nuevo reto en sus clases. Llamó a sus hijos y estos estaban bien,y asombrados con las habilidades de su mamá; es que Manuel no se contuvo y expresó a cada uno, la iniciativa de Martirio. Para Martirio, su esposo era un chismoso agradable y muy querido. No se guarda nada. Le sugirió preparar una comida especial para sus amistades, a lo que ella, no aceptó por no sentirse segura.

Con la sarten en la mano, Martirio prepara un omelette de vegetales. Algo sencillo, pero que involucra cuidados para obtener un buen resultado. Veía como algunos de sus compañeros lograban con éxito un omelette a la perfección, mientras que ella, entraba en pánico. El chef se acercó a ella y miró sus pasos, le recomendó relajarse. Respiró profundo y sintió deseos de huir. Uno de sus compañeros le ayudó y así pudo culminar la tarea. Llegó a su casa y practicó todo lo que pudo, su esposo fue juez y crítico. El último omelette fue el mejor y con el cansancio a cuesta, lo que quedaba de noche era para descansar un poco. 










Comentarios

Entradas populares de este blog

  Paredes con estilos,  es posible.   Decorar la pared con frases en los idiomas e imágenes que te gustan, puede ser provechoso e inspirador.    Existe una variedad de diseños en materiales como el vinilo que renovarían por completo ese rincón que tanto deseas mejorar. Otra opción sería pintarlo y obtener el mismo efecto. Más ideas en las siguientes imágenes.   Walls with styles, it is possible. Decorating the wall with phrases in the languages ​​and images that you like can be helpful and inspiring.   There is a variety of designs in materials such as vinyl that would completely renew that corner that you want to improve so much. Another option would be to paint it and get the same effect, more ideas in the following pictures.    
COMBINANDO EL COLOR AZUL Y SUS MATICES.