LA ALQUIMIA DE LOS COLORES ¿Te habrás preguntado alguna vez por qué los árboles y las hierbas del campo son verdes? ¿ Te habrás detenido a pensar por qué, al llegar el otoño, la naturaleza se cubre de amarillo? Las hojas frescas son verdes; las hojas muertas son amarillas. La cosa nos parece tan natural que no vale la pena pensar por qué esto es así. Sin embargo, el verde de la primavera y el amarillo del otoño corresponden a un orden cósmico, a ese orden que hace que todas las cosas estén en su lugar. El verde es el color de la Luna. Los agricultores saben perfectamente qué importante es el papel de la Luna en los trabajos de siembra, germinación y cosecha. La Luna es la encargada de todo lo relacionado con la fecundidad, tanto la animal como la vegetal, y allí donde su radiación actúa, que es como su divisa, ejerce su patente de propiedad. Verde significará, pues, fecundidad, capacidad gestora y, para los que tienen problemas para gestar hijos, los tonos verde