Un nuevo día comienza y Julianna apura sus pasos para cumplir con su agenda; son las 08:15 a.m, y apenas puede tomar un sorbo de café en su taza de color amarillo con una foto de George Clooney rodeado de corazones azules.
Julianna tiene una cita con un cliente a las 08:40 a.m en el Café San Jorge, situado a cinco cuadras de donde ella vive, lleva puesto un reloj en su mano derecha que ve cada cierto minuto para sentir más presión y apurar su andar, además de llevar sus zapatos deportivos puestos que le resultan cómodos y placenteros para el recorrido, mientras su zapatillas de color beis aguardan en su bolso para dar el último toque al atuendo formal que lleva puesto.
Otro caso de divorcio está por tratar, esperando que ambas partes en la relación logren llegar a buen termino en la repartición de bienes. Ejercer la profesión de abogada le ha hecho ver que siempre es importante ver más allá de lo que la vista puede apreciar para lograr el entendimiento.
A sus 41 años, trabaja de forma independiente, es soltera y sin hijos, fanática de las películas románticas, suspira y llora por cuanto drama puede haber inmersos en ellas. Han pasado 1 años y 6 meses desde su última relación, la cual, duró 14 años con 2 meses, y concluyó con la repentina partida de su ex a Noruega en compañía de su atractiva y joven compañera de trabajo, destrozándole hasta la idea más absurda de vivir en la cima de una colina con él, para que nadie pudiese perturbar su nido de amor.
Todos los días, a las 07:00 p.m, suele retornar a su casa caminando, no suele usar vehículo porque así siente que drena el estrés del día. A esa hora está muy concurridas las calles, y su vecino, el que habita en el apartamento No. 3A del edificio situado a pocos metros del suyo, se percata de su tránsito y se posa en su ventana a observarla.
Desde hace meses, cuando Julianna salió corriendo de su residencia porque iba con 10 minutos de retraso a una cita médica con su odontólogo, se desprendió el tacón de su zapato en plena calle, provocándole una aparatosa caída. Fernando, su vecino, estaba pasando en ese momento, y se agachó para ayudarla, aconsejándole tener más cuidado al andar. En ese instante no se miraron ni quedaron flechados y mucho menos, hubo fuegos artificiales...continuemos con el relato.
Fernando es divorciado y con dos hijas, Laura de 14 años y Sofía de 12 años. Sus días transcurren en estar pendiente de sus retoños, atender los asuntos de sus empresas, hacer las compras del día y retornar a casa temprano. Su última cita fue hace 10 meses, presentada por su amigo Marco, quien ha tomado muy en serio la labor de buscarle pareja. Fernando no se sintió atraído por aquella mujer, por lo que aquel encuentro representó la última vez. Él no se cerraba al amor, deseaba encontrar a esa mujer con la que su corazón y alma se estremecieran.
Después de aquel incidente con el tacón de Julianna, una noche, Fernando estaba preparándose un té de manzanilla porque se disponía a leer unos artículos de economía cuando miró por su ventana y la vio pasar: "allá va la mujer que casi se vierte encima café de no haberla socorrido a tiempo".
Un viernes por la tarde, Julianna fue por un café y una magdalena de chocolate a su lugar favorito: MoccCoffee. El ambiente era agradable y todos los viernes presentaban algún evento. Mientras ella se ubicaba en una mesa, Fernando estaba del otro lado, hablando por su móvil. Julianna revisa su menú con una alegría que es notoria, sabe que degustará lo que le provoque sin cuantificar calorías. Fernando echa un vistazo a su local para ver que todo esté marchando bien, cuando ve a aquella mujer sentada sola en una de las mesas.
Han pasado 3 meses con 15 días, y eso es lo que lleva Fernando mirando todas las noches por su ventana a espera de aquella mujer que casi se vierte encima café. En ese tiempo ha notado que nadie le acompaña, lo hermosa que es, y lo rápido que camina. Le atrae mucho e intenta hallar la forma de hablarle, de invitarla a cenar, pero recuerda que su romanticismo se esfumó hace tiempo, quedando su sinceridad y poca sutileza para decir las cosas, cualidades que han favorecido su soltería. Supone que Julianna ha de ser sensible, amorosa, posiblemente fiel a los cuentos de príncipes azules y matrimonios de felicidad inaguantable. Sea como fuese esa mujer, estaba deseoso de conocerla y consciente que debía esperarse un poco para no estropear el momento.