Mantengo que una Buena Actitud hace la diferencia, pero ¿dónde se gesta esa diferencia?, pues en ti primeramente. Con esto no quiero decir que andes con una gran sonrisa todo el tiempo, que debes ser la felicidad a flor de piel, porque seamos honestos, nuestro estado de ánimo cambia, no todos los días uno se siente con ganas de comerse el mundo; a lo que me refiero es que podemos modular nuestra interpretación de los acontecimientos.
Si el foco de atención está en los problemas es poco probable encontrar soluciones y la calma que se requiere para esperar por los resultados, pondré el siguiente ejemplo: no consigues empleo y sientes que el cochinito donde tiene tus ahorros pide auxilio de lo vacío que está. En este caso tienes muchísimas opciones, entre las cuales menciono a continuación:
1. Salir a caminar un rato. Cuando el cuerpo se moviliza, tu energía cambia (elige lugares bonitos, y aléjate de la queja).
2. Evita rodearte de personas que por todo se quejan, hasta por los buenos días que le dan. ¿Por qué?, bueno porque a través de quiénes los escuchan drenan todo su incomodidad y quién crees que absorbe esas molestias?...TÚ!. Resulta que luego de escucharlos te sientes pesado, incluso mal humorado sin saber muchas veces el porqué.
3. Movilízate. Le podrás rezar a todos los Santos pero el trabajo o lo que esperas conseguir no tocará tu puerta así de la nada y del cielo tampoco te mandarán un email. En la medida en que te movilizas para encontrar trabajo, también debes mantener la calma, por eso puntualicé al inicio lo de salir a caminar. Si te estanca en los problemas, pues así verás el panorama. Cuando tienes una buena actitud ves oportunidades donde otros ven caos.