Iniciaré con esta frase popular: "lo cortés no quita lo valiente". Las demostraciones de amabilidad se reducen en un mundo cada vez más agitado, se escasean los "Buenos Días"; "Por favor"; "Disculpe"; "Lo siento"; "¿En qué puedo ayudarle?"; "¡Gracias!". La palabras soeces son el pan de cada día y eso nos conduce a más intolerancia, a manejarnos con rudeza. Pensar que somos seres humanos tratando seres humanos.
La intransigencia arropa a los más vulnerables: niños, ancianos y discapacitados. No hay consideraciones para ceder el puesto en un bus, a una dama embarazada; ni ayudar a cruzar la calle a una persona anciana.
Cómo podemos convivir con los demás, si no somos amables. Podrá haber mucha tecnología, y creer que nos superamos, pero, no es suficiente, tampoco eficaz, para ser mejores personas. Ser cortés es fundamental para relacionarnos con la sociedad, armonizar con el entorno, reducir la fatiga que genera el estar mal humorado por quién sabe qué cosa. Un saludo, un agradecimiento, una buena acción, puede hacer de su día, el mejor. Porque si hay algo que me queda claro en estos tiempos, es que ser cortés nos hace valiente.
Sea valiente, sea cortés.
La intransigencia arropa a los más vulnerables: niños, ancianos y discapacitados. No hay consideraciones para ceder el puesto en un bus, a una dama embarazada; ni ayudar a cruzar la calle a una persona anciana.
Cómo podemos convivir con los demás, si no somos amables. Podrá haber mucha tecnología, y creer que nos superamos, pero, no es suficiente, tampoco eficaz, para ser mejores personas. Ser cortés es fundamental para relacionarnos con la sociedad, armonizar con el entorno, reducir la fatiga que genera el estar mal humorado por quién sabe qué cosa. Un saludo, un agradecimiento, una buena acción, puede hacer de su día, el mejor. Porque si hay algo que me queda claro en estos tiempos, es que ser cortés nos hace valiente.
Sea valiente, sea cortés.
¡Gracias por leerme!
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