PARTE III
"Una mujer no está completa hasta que es madre. Ser madre es lo mejor que le puede pasar a una mujer."
Azucena lo sentía de esa forma. Cuando le diagnosticaron por primera vez un mioma uterino, el médico al que consultaba no le orientó de forma positiva, pronosticando pocas esperanzas de embarazarse con prontitud. Ante tales puntos de vista, optó por buscar otro médico. El nuevo médico no solo le daba buenas noticias, también, le alentaba a cambiar ciertos hábitos alimenticios y le brindaba información sobre los avances para evitar a futuro la reproducción de los miomas.
Cinco (5) años después de aquella operación, Azucena no pudo embarazarse de forma natural. En una de sus revisiones de rutina le es observado por su médico un quiste en el ovario derecho que con el paso de los meses aumentaba de tamaño, siendo necesario una cirugía para retirar su ovario. No siendo la última, otras dos operaciones le seguirían en los siguientes años. Parecía que su cuerpo rechazaba cualquier esperanza de embarazo, y cuando por fin lograba embarazarse, perdía a su bebé en las primeras semanas de gestación.
Recordar todo lo que sufre cuando lo intenta, la desmorona. Ser madre cueste lo que cueste ya no le parece racional. Ser madre...¿por qué?, es su gran pregunta.
-Soy mujer y con cicatrices en mi vientre y aún así, me veo completa en el espejo. Pasé años estudiando porque debí forjarme un futuro, no fui a fiestas en mi adolescencia; me casé a los 24 años y con esperanza de ser madre pronto. Ahora, tengo 39 años, y veo que se me va lo esencial, sufro por pensar como pienso.
Continuará...
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