PARTE V
Manuel se despide de su esposa con un beso apasionado, mientras que Martirio lo aleja un poco por estar apurada. Le gusta estar minutos antes para evitar contratiempos con el tráfico. La responsabilidad es su tarjeta de presentación. Ese día el chef propuso preparar un merengue italiano. Muchos de los alumnos conocían y trabajaban la técnica. En esta ocasión el chef les notificó:
- Esta tarea es individual. Está prohibido ayudar al compañero. Su inversión debe ser garantizada y están aquí para aprender. Es normal cometer errores, yo. suelo cometerlos. La idea es aprender por gusto, no por obligación.
En un mesón se hallaban los utensilios y materiales. El chef inició la explicación a la vez que preparaba el merengue. Paso a paso, le indicaba a sus estudiantes cómo debía quedar la preparación. Cada uno probó el resultado final y quedaron gustoso, pidiendo otra probadita.
Martirio deseaba obtener un merengue tan divino como el del chef, procuró tener sumo cuidado con la receta. Algunos mostraban expresiones de felicidad y otros, desesperaban con sus mezclas. Martirio estaba a punto de lograrlo, hasta que notó que su mezcla no alcanzaba los picos, dejó de batir y su mezcla no tuvo el efecto que esperaba.
El chef revisó las mezclas de sus alumnos y hubo tres personas que no lograron la prueba, entre ellos se encontraba Martirio. A estas personas les llamó a parte y les dijo:
- Este merengue no es complicado. Los veo estresados y les cuento que sus emociones se notan en su preparación. La comida, como todo lo que hacemos, debe tener un sello de amor, de disfrute. Ustedes cocinan con nervios, no me teman.
Callados y atentos a los que decía el chef, éste les pidió que retomasen su lugar.
La próxima preparación era un postre con el merengue italiano. A las personas que no aprobaron esta preparación, deberán nuevamente realizarla.
Martirio estaba enojada consigo misma, buscaba las miles excusas para dejar el lugar. Sentía que los demás se burlaban de ella, siendo tan mayor, y en estas cosas. Pero nadie la miraba, excepto el chef, quien se acerco para preguntarle:
-¿Usted y yo, nos conocemos?. Creo haberla visto antes.
Martirio le contestó que sí. Pues suele ir a su restaurante en compañía de su esposo. El chef quedó complacido y comentó para finalizar la charla:
- Vino a robarme las ideas, muy bien Sra. Martirio, jajaja.
El chef explicó la nueva receta y esta vez, él pasaría a supervisarlos de uno en uno.
Martirio logró un merengue italiano a la perfección y de inmediato, se movilizaba con la preparación del postre. Se trataba de un pay de limón. La cocina era un área de concentración de aromas y ruido. Todos estaban concentrados y tiempo después, el chef daba la aprobación de la clase. Pidió un aplauso caluroso para todos.
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