24/08/15
"La vida es bella" escucho decir a diario. Entre risas y penas se deleita uno con sus cosas. Qué sabroso es contemplar el mar, la gente y degustar un café con leche a eso de 7: 00 a.m. Nada mejor que estar en casa, ese lugar que te reúne con esa parte intacta que dejas en silencio cuando a otras tierras te apartas. Siempre llevando el gentilicio que nos caracteriza, es difícil no reconocerse en medio de una multitud y asumir aquello que dice: "nadie es profeta en su tierra", pero afuera sí. "Nadie sabe lo que tiene, hasta que no lo ve más", otra frase que escucho siempre y que concluyo es un advertencia para no "botar el tiempo en tonterías ni orgullos tontos". Un minuto es un tesoro, que bien vale la pena aprovecharlo como deseamos, por mi parte, no dejo de observar y escuchar. Como aprendo de mi gente y me reconforta saber qué sin importar dónde esté, mi tierra no me olvida, mi casa siempre será mi casa, aunque luego quede el concreto de sus pilares.
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